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Mostrando entradas de 2022

Toma al niño y a su madre, y huye a Egipto (Mt 2,13-15.19-23)

Sagrada Familia - A. Evangelio 13 Cuando se marcharon, un ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo: —Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y quédate allí hasta que yo te diga, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo. 14 Él se levantó, tomó de noche al niño y a su madre y huyó a Egipto. 15 Allí permaneció hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que dijo el Señor por medio del Profeta: De Egipto llamé a mi hijo . 19 Muerto Herodes, un ángel del Señor se le apareció en sueños a José en Egipto 20 y le dijo: —Levántate, toma al niño y a su madre y vete a la tierra de Israel; porque han muerto ya los que atentaban contra la vida del niño. 21 Se levantó, tomó al niño y a su madre y vino a la tierra de Israel. 22 Pero al oír que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre Herodes, temió ir allá; y avisado en sueños marchó a la región de Galilea. 23 Y se fue a vivir a una ciudad llamada Nazaret, para que se cu

Concepción virginal de Jesús (Mt 1,18-24)

Domingo 4º Adviento - Evangelio. A 18 La generación de Jesucristo fue así: María, su madre, estaba desposada con José, y antes de que conviviesen se encontró con que había concebido en su seno por obra del Espíritu Santo. 19 José, su esposo, como era justo y no quería exponerla a infamia, pensó repudiarla en secreto. 20 Consideraba él estas cosas, cuando un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: —José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que en ella ha sido concebido es obra del Espíritu Santo. 21 Dará a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados. 22 Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que dijo el Señor por medio del Profeta: 23 Mirad, la virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán por nombre Emmanuel, que significa Dios-con-nosotros. 24 Al despertarse, José hizo lo que el ángel del Señor le había ordenado, y recibió a su esposa. Jesús, sin ser hijo de José según la c

Jesucristo, Señor nuestro, nacido del linaje de David según la carne (Rm 1,1-7)

Domingo 4º Adviento - Segunda lectura. A 1 Pablo, siervo de Jesucristo, apóstol por vocación, designado para el Evangelio de Dios, 2 que Él de antemano prometió por sus profetas en las Santas Escrituras 3 acerca de su Hijo Jesucristo, Señor nuestro, nacido del linaje de David según la carne, 4 constituido Hijo de Dios con poder según el Espíritu de santificación por la resurrección de entre los muertos, 5 por quien hemos recibido la gracia y el apostolado para la obediencia de la fe entre todas las gentes para gloria de su nombre, 6 entre las que estáis también vosotros, elegidos de Jesucristo, 7 a todos los que estáis en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos: gracia y paz a vosotros de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Tres estimaciones aparecen en la presentación que el Apóstol hace de sí mismo (v. 1): Pablo se considera: a) «siervo de Jesucristo» —como Moisés y los antiguos profetas lo eran de Dios—; b) «apóstol por vocación» divina —que le sitúa a

Mirad, la virgen está encinta (Is 7,10-14)

Domingo 4º Adviento - Primera lectura. A 10 Y el Señor siguió hablando a Ajaz: 11 —Pídele al Señor, tu Dios, un signo, en el fondo del seol o en lo alto del cielo. 12 Pero Ajaz dijo: —No lo pediré y no tentaré al Señor. 13 Entonces respondió: —Escuchad, casa de David: «¿Os parece poco cansar a los hombres para que canséis también a mi Dios? 14 Pues bien, el propio Señor os da un signo. Mirad, la virgen está encinta y dará a luz un hijo, a quien pondrán por nombre Enmanuel. Las palabras de la lectura se enmarcan en un encuentro entre Isaías y el rey Ajaz, en el que el monarca se debate en la duda de qué postura tomar ante las presiones que recibe para que su reino se incorpore a la coalición antiasiria formada por Israel (aquí también llamado ­Efraím) —cuya capital era Samaría— y por Siria —cuya capital era Damasco—. De Tabeel (o Tabeal) (v. 6) no se conoce más de lo que aquí se dice. Quizá fuera un alto funcionario, dispuesto a seguir la política aramea

Yo envío a mi mensajero delante de ti (Mt 11,2-11)

Domingo 3º Adviento - A. Evangelio 2 Entretanto Juan, que en la cárcel había tenido noticia de las obras de Cristo, envió a preguntarle por mediación de sus discípulos: 3 —¿Eres tú el que va a venir, o esperamos a otro? 4 Y Jesús les respondió: —Id y anunciadle a Juan lo que estáis viendo y oyendo: 5 los ciegos ven y los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia el Evangelio. 6 Y bienaventurado el que no se escandalice de mí. 7 Cuando ellos se fueron, Jesús se puso a hablar de Juan a la multitud: —¿Qué salisteis a ver en el desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? 8 Entonces, ¿qué salisteis a ver? ¿A un hombre vestido con finos ropajes? Daos cuenta de que los que llevan finos ropajes se encuentran en los palacios reales. 9 Entonces, ¿qué salisteis a ver? ¿A un profeta? Sí, os lo aseguro, y más que un profeta. 10 Éste es de quien está escrito: Mira que yo envío a mi mensajero delante de ti

Tened paciencia (St 5,7-10)

Domingo 3º Adviento - A. Segunda lectura 7 Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad: el labrador espera el fruto precioso de la tierra, aguardándolo con paciencia hasta recibir las lluvias tempranas y las tardías. 8 Tened también vosotros paciencia, fortaleced vuestros corazones, porque la venida del Señor está cerca. 9 No os quejéis, hermanos, unos de otros, para que no seáis juzgados; mirad que el Juez está ya a la puerta. 10 Tomad, hermanos, como modelos de una vida sufrida y paciente a los profetas, que hablaron en nombre del Señor. Santiago renueva la exhortación a la paciencia con la que había comenzado la carta (cfr 1,2-4.12). Constituye una llamada a la serenidad en la esperanza hasta la venida del Señor: «Decimos que el hombre posee su alma mediante la paciencia (cfr Lc 21,29), en cuanto que arranca de raíz la turbación causada por las adversidades que quitan el sosiego del alma» (Sto. Tomás de Aquino, Summa theologiae 2-2,136,2 ad 2

Dios vendrá y nos salvará (Is 35,1-6a.10)

Domingo 3º Adviento - A. 1ª lectura 1 ¡Que el desierto y la tierra árida se alegren, que se goce la estepa y florezca como las azucenas! 2 Florezca pujante y alégrese con gozo y cánticos de júbilo. Se le ha dado la gloria del Líbano, la gala de Carmelo y del Sarón, ellos verán la gloria del Señor, la majestad de nuestro Dios. 3 Fortaleced las manos débiles, y consolidad las rodillas que flaquean. 4 Decid a los pusilánimes: «¡Cobrad ánimo, no temáis! Aquí está vuestro Dios, llega la venganza, la retribución de Dios. Él vendrá y os salvará». 5 Entonces se abrirán los ojos de los ciegos y se destaparán los oídos de los sordos. 6a Entonces el cojo saltará como un ciervo, y la lengua del mudo gritará de júbilo. 10 Regresarán los redimidos del Señor, llegarán a Sión con gritos de júbilo e infinita alegría en sus rostros, traerán regocijo y alegría, y desaparecerán la pena y los lamentos. En este capítulo de Isaías se presenta una

Predicación de Juan el Bautista (Mt 3,1-12)

Domingo 2º Adviento – A. Evangelio 1 En aquellos días apareció Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea 2 y diciendo: —Convertíos, porque está al llegar el Reino de los Cielos. 3 Éste es aquel de quien habló el profeta Isaías diciendo: Voz del que clama en el desierto: «Preparad el camino del Señor, haced rectas sus sendas». 4 Llevaba Juan una vestidura de pelo de camello con un ceñidor de cuero a la cintura, y su comida eran langostas y miel silvestre. 5 Entonces acudía a él Jerusalén, toda Judea y toda la comarca del Jordán, 6 y eran bautizados por él en el río Jordán, confesando sus pecados. 7 Al ver que venían a su bautismo muchos fariseos y saduceos, les dijo: —Raza de víboras, ¿quién os enseñó a huir de la ira que va a venir? 8 Dad, por tanto, un fruto digno de penitencia, 9 y no os justifiquéis interiormente pensando: «Tenemos por padre a Abrahán». Porque os aseguro que Dios puede hacer surgir de estas piedras hijos de Abrahán. 10 Ya está el hacha

La paciencia y consolación de las Escrituras (Rm 15,4-9)

Domingo 2º Adviento – A. Segunda lectura 4 Todas las cosas que ya están escritas fueron escritas para nuestra enseñanza, con el fin de que mantengamos la esperanza mediante la paciencia y la consolación de las Escrituras. 5 Que el Dios de la paciencia y de la consolación os dé un mismo sentir entre vosotros según Cristo Jesús, 6 para que unánimemente, con una sola voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. 7 Por esta razón acogeos unos a otros, como también Cristo os acogió a vosotros para gloria de Dios. 8 Digo, en efecto, que Cristo se hizo servidor de los que están circuncidados para mostrar la fidelidad de Dios, para ratificar las promesas hechas a los padres, 9 y para que los gentiles glorificaran a Dios por su misericordia, conforme está escrito: Por eso te alabaré a ti entre los gentiles, y cantaré en honor de tu nombre. Jesucristo murió para que todos «con un mismo sentir» (v. 5) diésemos gloria a Dios. Y aunque Cristo se dirigió primero a los j

El vástago de la cepa de Jesé (Is 11,1-10)

Domingo 2º Adviento – A. Primera lectura 1 Saldrá un vástago de la cepa de Jesé, y de sus raíces florecerá un retoño. 2 Sobre él reposará el Espíritu del Señor, espíritu de sabiduría y de entendimiento, espíritu de consejo y de fortaleza, espíritu de ciencia y de temor del Señor. 3 Y lo inspirará con el temor del Señor. No juzgará según las apariencias, ni decidirá según los rumores, 4 sino que juzgará con justicia a los desvalidos, y decidirá con rectitud a favor de los pobres de la tierra. Golpeará al país con la vara de su boca, y matará al impío con el soplo de sus labios. 5 La justicia será la correa de su cintura, y la fe, el cinturón de sus caderas. 6 Entonces el lobo convivirá con el cordero, el leopardo se tumbará con el cabrito, ternero y león joven engordarán juntos, y un niño pequeño los guiará. 7 La vaca pacerá con la osa, sus crías se recostarán juntas, y el león, como el buey, comerá paja. 8 El niño de pecho jugará

Estad preparados (Mt 24,37-44)

Domingo 1º Adviento – A. Evangelio 37 Lo mismo que en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. 38 Pues, como en los días que precedieron al diluvio comían y bebían, tomaban mujer o marido hasta el día mismo en que entró Noé en el arca, 39 y no se dieron cuenta sino cuando llegó el diluvio y los arrebató a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre. 40 Entonces estarán dos en el campo: uno será tomado y el otro dejado. 41 Dos mujeres estarán moliendo en el molino: una será tomada y la otra dejada. 42 Por eso: velad, porque no sabéis en qué día vendrá vuestro Señor. 43 Sabed esto: si el dueño de la casa supiera a qué hora de la noche va a llegar el ladrón, estaría ciertamente velando y no dejaría que se horadase su casa. 44 Por tanto, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis vendrá el Hijo del Hombre. Las palabras de Jesús a los discípulos son claras: no se revelará el día ni la hora de la Parusía. Jesús se abstiene de revel

El día está cerca (Rm 13,11-14)

Domingo 1º Adviento – A. Segunda lectura 11 Sed conscientes del momento presente: porque ya es hora de que despertéis del sueño, pues ahora nuestra salvación está más cerca que cuando abrazamos la fe. 12 La noche está avanzada, el día está cerca. Abandonemos, por tanto, las obras de las tinieblas, y revistámonos con las armas de la luz. 13 Como en pleno día tenemos que comportarnos honradamente, no en comilonas y borracheras, no en fornicaciones y en desenfrenos, no en contiendas y envidias; 14 al contrario, revestíos del Señor Jesucristo, y no estéis pendientes de la carne para satisfacer sus concupiscencias. San Pablo invita a mantenerse vigilantes, siendo «conscientes del momento presente» (v. 11), es decir, sabedores de que Cristo ya ha obrado la salvación y que vendrá al final de los tiempos para llevar todo a plenitud. Jesucristo, que vino al mundo por la Encarnación , viene también a cada hombre por la gracia y vendrá al final de los tiempos como Juez. Alzándose como el

De sus espadas forjarán azadas (Is 2,1-5)

Domingo 1º Adviento – A. Primera lectura 1 Mensaje que vio Isaías, hijo de Amós, acerca de Judá y Jerusalén. 2 Sucederá en los últimos días que el monte del Templo del Señor se afirmará en la cumbre de los montes, se alzará sobre los collados, y afluirán a él todas las naciones. 3 Irán muchos pueblos y dirán: «Venid, subamos al monte del Señor, al Templo del Dios de Jacob. Él nos instruirá en sus caminos y marcharemos por sus senderos, porque de Sión saldrá la Ley , y de Jerusalén la palabra del Señor». 4 Él juzgará entre las naciones, y dictará sentencia a muchos pueblos. De sus espadas forjarán azadas, y de sus lanzas, podaderas. No alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra. 5 ¡Casa de Jacob, venid, caminemos a la luz del Señor! A pesar de los pecados del pueblo y de la calamitosa situación de Judá que se está describiendo en la primera parte del libro de Isaías, se abre ya desde el comienzo un resquicio

Acuérdate de mí, cuando llegues a tu reino (Lc 23,35-43)

34º domingo del Tiempo ordinario – Cristo Rey - C. 1ª lectura 35 El pueblo estaba mirando, y los jefes se burlaban de él y decían: —Ha salvado a otros, que se salve a sí mismo, si él es el Cristo de Dios, el elegido. 36 Los soldados se burlaban también de él; se acercaban y ofreciéndole vinagre 37 decían: —Si tú eres el Rey de los judíos, sálvate a ti mismo. 38 Encima de él había una inscripción: «Éste es el Rey de los judíos». 39 Uno de los malhechores crucificados le injuriaba diciendo: —¿No eres tú el Cristo? Sálvate a ti mismo y a nosotros. 40 Pero el otro le reprendía: —¿Ni siquiera tú, que estás en el mismo suplicio, temes a Dios? 41 Nosotros estamos aquí justamente, porque recibimos lo merecido por lo que hemos hecho; pero éste no ha hecho ningún mal. 42 Y decía: —Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu Reino. 43 Y le respondió: —En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el Paraíso. El episodio del «buen ladrón» es narrado sólo por Lucas. Aquel