4º domingo de Cuaresma – B. 1ª lectura 14 Todos los jefes de los sacerdotes y el pueblo multiplicaron sus infidelidades, imitando en todo las abominaciones de las naciones; profanaron el Templo que el Señor se había consagrado en Jerusalén. 15 El Señor, Dios de sus padres, les envió advertencias con rapidez y sin cesar por medio de sus mensajeros, porque sentía compasión de su pueblo y de su Morada. 16 Pero ellos hicieron burla de sus mensajeros, despreciaron sus palabras y se mofaron de sus profetas, hasta que la ira del Señor contra su pueblo alcanzó un punto tal, que ya no hubo remedio. 19 Los caldeos incendiaron el Templo, demolieron los muros de Jerusalén, prendieron fuego a todos sus palacios y destruyeron todas las cosas de valor. 20 Finalmente deportaron a Babilonia a todos los que se habían librado de la espada, sirviendo de esclavos suyos y de sus hijos hasta la llegada del reino persa. 21 Así se cumplió la palabra del Señor pronunciada por Jeremías: «Hasta que el país l...