Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como Iglesia

Cielos nuevos y tierra nueva (Ap 21,1-5a)

Domingo 5º de Pascua – C. 2ª lectura 1 Vi un cielo nuevo y una tierra nueva, pues el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar ya no existe. 2 Vi también la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo de parte de Dios, ataviada como una novia que se engalana para su esposo. 3 Y oí una fuerte voz procedente del trono que decía: —Ésta es la morada de Dios con los hombres: Habitará con ellos y ellos serán su pueblo, y Dios, habitando realmente en medio de ellos, será su Dios. 4 Y enjugará toda lágrima de sus ojos; y no habrá ya muerte, ni llanto, ni lamento, ni dolor, porque todo lo anterior ya pasó. 5a El que estaba sentado en el trono dijo: —Mira, hago nuevas todas las cosas. Comentario a Apocalipsis 21,1-5 Eliminadas todas las fuerzas del mal, incluso la muerte, el autor contempla ahora, como momento culminante del libro, la instauraci...

El Cuerpo Místico de Cristo (1 Co 12,12-30)

3º domingo del Tiempo ordinario – C. 2ª lectura 12 Porque así como el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, aun siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo. 13 Porque todos nosotros, tanto judíos como griegos, tanto siervos como libres, fuimos bautizados en un mismo Espíritu para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu. 14 Pues tampoco el cuerpo es un solo miembro, sino muchos. 15 Si el pie dijera: «Como no soy mano, no soy del cuerpo», no por eso dejaría de ser del cuerpo. 16 Y si dijera el oído: «Como no soy ojo, no soy del cuerpo», no por eso dejaría de ser del cuerpo. 17 Si todo el cuerpo fuera ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuera oído, ¿dónde estaría el olfato? 18 Ahora bien, Dios dispuso cada uno de los miembros en el cuerpo como quiso. 19 Si todos f...

Unidad de la Iglesia (Ef 4,1-6)

17º domingo del Tiempo ordinario – B. 2ª lectura 1 Así pues, os ruego yo, el prisionero por el Señor, que viváis una vida digna de la vocación a la que habéis sido llamados, 2 con toda humildad y mansedumbre, con longanimidad, sobrellevándoos unos a otros con caridad, 3 continuamente dispuestos a conservar la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. 4 Un solo Cuerpo y un solo Espíritu, como habéis sido llamados a una sola esperanza: la de vuestra vocación. 5 Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, 6 un solo Dios y Padre de todos: el que está sobre todos, por todos y en todos. Comentario a Efesios 4,1-6 La unidad del Cuerpo de Cristo aparece como la exigencia primordial de cuanto se ha expuesto en la primera parte de la carta, y requiere humildad y tesón por parte de los cristianos. La unidad de la Iglesia —un sólo Cuerpo y un sólo Esp...

Bautizados en un mismo espíritu (1 Co 12,3b-7.12-13)

Pentecostés – 2ª lectura 3 Nadie puede decir: «¡Señor Jesús!», sino por el Espíritu Santo. 4 Hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo; 5 y diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo; 6 y diversidad de acciones, pero Dios es el mismo, que obra todo en todos. 7 A cada uno se le concede la manifestación del Espíritu para provecho común. 12 Porque así como el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, aun siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo. 13 Porque todos nosotros, tanto judíos como griegos, tanto siervos como libres, fuimos bautizados en un mismo Espíritu para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu. Comentario a 1 Corintios 12,3-13 Parece que entre los corintios paganos se daban fenómenos de exaltación religiosa, como entrar en trance, acom...

La vid y los sarmientos (Jn 15,1-8)

5º domingo de Pascua – B. Evangelio 1 Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el labrador. 2 Todo sarmiento que en mí no da fruto lo corta, y todo el que da fruto lo poda para que dé más fruto. 3 Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado. 4 Permaneced en mí y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo si no permanece en la vid, así tampoco vosotros si no permanecéis en mí. 5 Yo soy la vid, vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto, porque sin mí no podéis hacer nada. 6 Si alguno no permanece en mí es arrojado fuera, como los sarmientos, y se seca; luego los recogen, los arrojan al fuego y arden. 7 Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y se os concederá. 8 En esto es glorificado mi Padre, en que deis mucho fruto y seái...

La Iglesia crecía con el consuelo del Espíritu Santo (Hch 9,26-31)

5º domingo de Pascua – B. 1ª lectura 26 Cuando Pablo llegó a Jerusalén intentaba unirse a los discípulos; pero todos le temían, porque no creían que fuera discípulo. 27 Sin embargo, Bernabé se lo llevó con él, lo condujo a los apóstoles y les contó cómo en el camino había visto al Señor, y que le había hablado, y cómo en Damasco había predicado abiertamente en el nombre de Jesús. 28 Entonces entraba y salía con ellos en Jerusalén, hablando claramente en el nombre del Señor. 29 Conversaba también y disputaba con los helenistas; y éstos intentaban matarle. 30 Cuando los hermanos lo supieron, lo llevaron a Cesarea y lo enviaron a Tarso. 31 La Iglesia gozaba de paz por toda Judea, Galilea y Samaría. Se consolidaba y caminaba en el temor del Señor y crecía con el consuelo del Espíritu...

Lo sentó a su derecha en los cielos (Ef 1,17-23)

Ascensión del Señor. 2ª lectura 17 Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os conceda el Espíritu de sabiduría y de revelación para conocerle; 18 iluminando los ojos de vuestro corazón, para que sepáis cuál es la esperanza a las que os llama, cuáles las riquezas de gloria dejadas en su herencia a los santos, 19 y cuál es la suprema grandeza de su poder en favor de nosotros, los creyentes, según la eficacia de su fuerza poderosa. 20 Él la ha puesto por obra en Cristo resucitándole de entre los muertos y sentándole a su derecha en los cielos, 21 por encima de todo principado, potestad, virtud y dominación y de todo cuanto existe, no sólo en este mundo sino también en el venidero. 22 Todo lo sometió bajo sus pies y a él lo constituyó cabeza de todas las cosas en favor de la Iglesia , 23 que es su cuerpo, la plenitud de quien llena todo en todas las cosas. Los fieles a los que dirige esta carta a los Efesios, en su mayor parte procedentes de la gentilidad, ...

Sacerdocio común de los fieles (1 P 2,4-9)

Domingo 5º de Pascua – A. 2ª lectura 4 Acercándoos a él, piedra viva, desechada por los hombres, pero escogida y preciosa delante de Dios, 5 también vosotros —como piedras vivas— sois edificados como edificio espiritual para un sacerdocio santo, con el fin de ofrecer sacrificios espirituales, agradables a Dios por medio de Jesucristo. 6 Por lo que dice la Escritura : Mira, pongo en Sión una piedra angular, escogida, preciosa; quien crea en ella, no será confundido. 7 Por eso, para vosotros, los creyentes, el honor; pero para los incrédulos: La piedra que rechazaron los constructores, ésta ha llegado a ser la piedra angular, 8 y piedra de tropiezo y roca de escándalo. Ellos tropiezan, porque no creen en la palabra: para esto habían sido destinados. 9 Pero vosotros sois linaje escogido, sacerdocio real, nación santa, pueblo adquirido en propiedad, para que pregonéis las maravillas de Aquel que os llamó de las tinieblas a su admirable luz. Todo el pasaje —compuesto ...