12º domingo del Tiempo ordinario – C. 2ª lectura 26 En efecto, todos sois hijos de Dios por medio de la fe en Cristo Jesús. 27 Porque todos los que fuisteis bautizados en Cristo os habéis revestido de Cristo. 28 Ya no hay diferencia entre judío y griego, ni entre esclavo y libre, ni entre varón y mujer, porque todos vosotros sois uno solo en Cristo Jesús. 29 Si vosotros sois de Cristo, sois también descendencia de Abrahán, herederos según la promesa. San Pablo acaba de decir en el párrafo anterior que la Ley fue dada por Dios como «pedagogo» —el criado que en tiempos de Pablo estaba para cuidar de los niños y llevarlos a la escuela— para guiar a los hombres a Cristo (vv. 23-25). Con la redención de Jesucristo (v. 26), el hombre alcanza su mayoría de edad y con ella se ve libre del pedagogo. Por la fe en Cristo y mediante el Bautismo se hace hijo de Dios y se reviste de Cristo (v. 27), «no de cualquier hermosura o de cualquier valor —glosa San Juan de Ávila—, sino del mismo Jes...