Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como Isaías

He ofrecido mi espalda a los que me golpeaban (Is 50,4-7)

Domingo de Ramos. 1ª lectura 4 El Señor Dios me ha dado una lengua de discípulo para saber alentar al abatido con palabra que incita. Por la mañana, cada mañana, incita mi oído a escuchar como los discípulos. 5 El Señor Dios me ha abierto el oído, yo no me he rebelado, no me he echado atrás. 6 He ofrecido mi espalda a los que me golpeaban, y mis mejillas a quienes me arrancaban la barba. No he ocultado mi rostro a las afrentas y salivazos. 7 El Señor Dios me sostiene, por eso no me siento avergonzado, por eso he endurecido mi rostro como el pedernal y sé que no quedaré avergonzado. Comentario a Isaías 50,4-7 Después de que el segundo canto del siervo haya glosado la misión del siervo (cfr Is 49,6), ahora el tercero reclama la atención para la propia persona del siervo. El poema está bien construido en tres estrofas que comienzan del mismo mod...

No pensaréis en las cosas antiguas (Is 43,16-21)

5º domingo de Cuaresma – C. 1ª lectura 16 Así dice el Señor, que abrió camino en el mar y sendero en las aguas impetuosas, 17 que hizo salir a carros y caballos, ejércitos y héroes: todos cayeron a una, no se levantarán; se extinguieron, se apagaron como un pabilo. 18 «No recordaréis las cosas pasadas, ni pensaréis en las cosas antiguas. 19 Mirad que voy a hacer cosas nuevas; ya despuntan, ¿no os dais cuenta? Voy a abrir camino en el desierto, y ríos en la estepa. 20 Me glorificarán las bestias del campo, los chacales y los avestruces, porque he puesto agua en el desierto y ríos en la estepa para dar de beber a mi pueblo elegido. 21 El pueblo que formé para mí proclamará mi alabanza. Comentario a Isaías 43,16-21 Este oráculo forma parte del núcleo doctrinal del «Libro de la Consolación» (40,...

Aquí estoy. Envíame a mí (Is 6,1-2a.3-8)

5º domingo del Tiempo ordinario – C. 1ª lectura 1 El año de la muerte del rey Uzías vi a mi Señor sentado en un trono excelso y elevado. El vuelo de su manto llenaba el Templo. 2a Unos serafines se mantenían por encima de Él. 3 Clamaban entre sí diciendo: —¡Santo, Santo, Santo es el Señor de los ejércitos! ¡Llena está toda la tierra de su gloria! 4 Retemblaron los soportes de los dinteles por el estruendo del clamor, mientras el Templo se llenaba de humo. 5 Entonces me dije: —¡Ay de mí, estoy perdido, pues soy un hombre de labios impuros, que habito en medio de un pueblo de labios impuros, y mis ojos han visto al Rey, al Señor de los ejércitos! 6 Entonces voló hacia mí uno de los serafines portando una brasa que había tomado del altar con unas tenazas, 7 tocó mi boca y dijo: —Mira: esto ha tocado tus labios...

Hoy se ha cumplido esta Escritura (Lc 1,1-4; 4,14-21)

3º domingo del Tiempo ordinario – C. Evangelio 1,1 Ya que muchos han intentado poner en orden la narración de las cosas que se han cumplido entre nosotros, 2 conforme nos las transmitieron quienes desde el principio fueron testigos oculares y ministros de la palabra, 3 me pareció también a mí, después de haberme informado con exactitud de todo desde los comienzos, escribírtelo de forma ordenada, distinguido Teófilo, 4 para que conozcas la indudable certeza de las enseñanzas que has recibido. 4,14 Entonces, por impulso del Espíritu, volvió Jesús a Galilea y se extendió su fama por toda la región. 15 Y enseñaba en sus sinagogas y era honrado por todos. 16 Llegó a Nazaret, donde se había criado, y según su costumbre entró en la sinagoga el sábado y se levantó para leer. 17 Entonces le entregaron el libro del profeta Isaías y, ab...

El Señor se ha complacido en ti (Is 62,1-5)

2º domingo del Tiempo ordinario – C. 1ª lectura 1 Por amor de Sión no callaré, por amor de Jerusalén no descansaré hasta que su justicia despunte como la aurora, y su salvación arda como una antorcha. 2 Las naciones verán tu justicia, y todos los reyes, tu gloria; te llamarán con un nombre nuevo, que pronunciará la boca del Señor. 3 Serás corona gloriosa en la mano del Señor, diadema real en la palma de tu Dios. 4 Ya no te dirán más: «Abandonada», ni de tu tierra dirán ya: «Desolada», sino que te llamarán: «Mi-delicia-está-en-ella», y a tu tierra: «Desposada», porque el Señor se ha complacido en ti, y tu tierra tendrá esposo. 5 Como un joven se desposa con una virgen, contigo se desposará tu constructor, y como se alegra el novio con la novia se deleitará en ti...

Mira a mi siervo, a quien sostengo (Is 42,1-4.6-7)

Bautismo del Señor. 1ª lectura 1 Mira a mi siervo, a quien sostengo, mi elegido, en quien se complace mi alma. He puesto mi Espíritu sobre él: llevará el derecho a las naciones. 2 No gritará, ni chillará, no hará oír su voz en la calle. 3 No quebrará la caña cascada, ni apagará el pabilo vacilante. Dictará sentencia según la verdad. 4 No desfallecerá ni se doblará hasta que establezca el derecho en la tierra. Las islas esperarán su ley. 6 «Yo, el Señor, te he llamado en justicia, te he tomado de la mano, te he guardado y te he destinado para alianza del pueblo, para luz de las naciones, 7 para abrir los ojos de los ciegos, para sacar de la prisión a los cautivos y del calabozo a los que yacen en tinieblas. Comentario a Isaías 42,1-4.6-7 El Señor, que ha manifestado su poder en la creación (Is 40,12-31) y que ha mostrado sus designios de salvación con los hechos realizados en la historia (Is 41,1-29), anuncia una nueva etapa en sus acciones para salvar a...

Todos vendrán de Sabá cargados de oro e incienso (Is 60,1-6)

Epifanía. 1ª lectura 1 ¡Levántate, resplandece, que llega tu luz, y la gloria del Señor amanece sobre ti! 2 Mira que las tinieblas cubren la tierra, y la oscuridad, los pueblos, pero sobre ti amanece el Señor, sobre ti aparece su gloria. 3 Las naciones caminarán a tu luz, los reyes, al resplandor de tu aurora. 4 Alza tus ojos y mira alrededor: todos ellos se congregan, vienen a ti. Tus hijos vienen de lejos, tus hijas abrazadas a su costado. 5 Entonces, mirarás y te pondrás radiante, palpitará y se ensanchará tu corazón, pues la abundancia del mar se volcará sobre ti, llegará a ti la riqueza de las naciones. 6 Te cubrirá una multitud de camellos, dromedarios de Madián y Efá, todos vendrán de Sabá cargados de oro e incienso, y pregonando alabanzas al Señor. Comentario a Isaías 60,1-16 Estos versos son el comienzo de un...

Un hijo se nos ha dado (Is 9,1-3.5-6)

Navidad. Misa de Medianoche. 1ª lectura 1 El pueblo que caminaba en tinieblas vio una gran luz, a los que habitaban en tierra de sombras de muerte, les ha brillado una luz. 2 Multiplicaste el gozo, aumentaste la alegría. Se alegran en tu presencia con la alegría de la siega, como se gozan al repartirse el botín. 3 Porque el yugo que los cargaba, la vara de su hombro, el cetro que los oprimía, los quebraste como el día de Madián. 5 Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado. Sobre sus hombros está el imperio, y lleva por nombre: Consejero maravilloso, Dios fuerte, Padre sempiterno, Príncipe de la paz. 6 El imperio será engrandecido, y la paz no tendrá fin sobre el trono de David y sobre su reino, para sostenerlo y consolidarlo con el derecho y la justicia, desde ahora y para siempre. El celo del Señor de los ejércitos lo hará. Comentario a Isaías 9,1-6 A partir de Is 8,23 comienza a hacerse presente, aún entre sombras, la figura del rey Ezequí...

Dio su vida en expiación (Is 53,10-11)

29º domingo del Tiempo ordinario – B. 1ª lectura 10 Dispuso el Señor quebrantarlo con dolencias. Puesto que dio su vida en expiación, verá descendencia, alargará los días, y, por su mano, el designio del Señor prosperará. 11 Por el esfuerzo de su alma verá la luz, se saciará de su conocimiento. El justo, mi siervo, justificará a muchos y cargará con sus culpas. Comentario a Isaías 53,10-11 Estos dos versículos forman parte del cuarto canto del Siervo, uno de los textos más comentados de la Biblia, tanto en lo que se refiere a su estructura literaria como a su contenido. En su estructura, el canto interrumpe el estilo hímnico del cap. 52, que continúa en el cap. 54, con un estilo más reflexivo sobre el valor del sufrimiento. En su contenido, el canto es sorprendente al presentar el triunfo y exaltación del siervo a través de su humillación, abandono y padecimiento. Más aún, el siervo toma como propias las enfermedades, dolores y hasta los pecados de los demás para librarlo...

Ofrecí mi espalda a quienes me golpeaban (Is 50,5-9a)

24º domingo del Tiempo ordinario – B. 1ª lectura 5 El Señor Dios me ha abierto el oído, yo no me he rebelado, no me he echado atrás. 6 He ofrecido mi espalda a los que me golpeaban, y mis mejillas a quienes me arrancaban la barba. No he ocultado mi rostro a las afrentas y salivazos. 7 El Señor Dios me sostiene, por eso no me siento avergonzado, por eso he endurecido mi rostro como el pedernal y sé que no quedaré avergonzado; 8 Cerca está el que me justifica, ¿quien litigará conmigo? Comparezcamos juntos. ¿Quién es mi adversario? Que se acerque a mí. 9 Mirad: el Señor Dios me sostiene, ¿quién podrá condenarme? Comentario a Isaías 50,5-9 Este pasaje constituye el núcleo central del tercer «Canto del Siervo». El poema está bien construido en tres estrofas que comienzan del mismo modo: «El Señor ...

La lengua del mudo gritará de júbilo (Is 35,4-7)

23º domingo del Tiempo ordinario – B. 1ª lectura 4 Decid a los pusilánimes: «¡Cobrad ánimo, no temáis! Aquí está vuestro Dios, llega la venganza, la retribución de Dios. Él vendrá y os salvará». 5 Entonces se abrirán los ojos de los ciegos y se destaparán los oídos de los sordos. 6 Entonces el cojo saltará como un ciervo, y la lengua del mudo gritará de júbilo, porque manarán aguas en el desierto y torrentes en la estepa; 7 el páramo se trocará en estanque, y el secarral en manantiales de aguas; en las guaridas donde se refugiaban los chacales habrá cañaverales y juncales Comentario a Isaías 35,4-7 En este pasaje se está cantando el enaltecimiento de Sión, la ciudad santa. Se presenta una visión de la Jerusalén restaurada con un lenguaje grandioso que recuerd...

Cargó con nuestros dolores (Is 52,13–53,12)

Viernes Santo – 1ª lectura 13 Mirad, mi siervo triunfará, será ensalzado, enaltecido y encumbrado. 14 Como muchos se horrorizaron de él —tan desfigurado estaba, que no tenía aspecto de hombre ni apariencia de ser humano—, 15 así él asombrará a muchas naciones. Por su causa los reyes cerrarán la boca, al ver lo que nunca les habían narrado, y contemplar lo que jamás habían oído. 53,1 «¿Quién dio crédito a nuestro anuncio? El brazo del Señor, ¿a quién fue revelado? 2 Creció en su presencia como un renuevo, como raíz de tierra árida. No hay en él parecer, no hay hermosura que atraiga nuestra mirada, ni belleza que nos agrade en él. 3 Despreciado y rechazado de los hombres, varón de dolores y experimentado en el sufrimiento; como de quien se oculta el rostro, despreciado, ni le tuvimos en cuenta. 4 Pero él tomó sobre sí nuestras enfermedades, cargó con nuestros dolores, y nosotros lo tuvimos por castigado, herido de Dios y humillado. 5 Pero él fue traspasad...

El Espíritu del Señor está sobre mí (Is 61,1-2a.10-11)

3º domingo de Adviento – B. 1ª lectura 1 El Espíritu del Señor Dios está sobre mí, porque el Señor me ha ungido. Me ha enviado para llevar la buena nueva a los pobres, a vendar los corazones rotos, anunciar la redención a los cautivos, y a los prisioneros la libertad; 2a para anunciar el año de gracia del Señor. 10 Con gran contento gozo en el Señor, y mi alma se alegra en mi Dios, porque me ha vestido con ropaje de salvación, me ha envuelto con manto de justicia, como novio que se ciñe la diadema, como novia que se adorna con sus joyas. 11 Como la tierra echa sus brotes, como el huerto hace germinar sus semillas, así, el Señor Dios hace germinar la justicia y la alabanza ante todas las naciones. Comentario a Is 61,1-2.10-11 Con estilo denso y conciso este oráculo presenta al mensajero escatológico hablando en un soliloquio. Es otro de los textos claves del libro de Isaías. No es difícil encontrar puntos de contacto con los cantos del siervo, en especial con...

Preparad el camino del Señor (Is 40,1-5.9-11)

2º domingo de Adviento – B. 1ª lectura 1 Consolad, consolad a mi pueblo, —dice vuestro Dios—. 2 Hablad al corazón de Jerusalén y gritadle que se ha cumplido su servidumbre, y ha sido expiada su culpa, que ha recibido de la mano del Señor el doble por todos sus pecados. 3 Una voz grita: «En el desierto preparad el camino del Señor, en la estepa haced una calzada recta para nuestro Dios. 4 Todo valle será rellenado, y todo monte y colina allanados, lo torcido será recto, y lo escarpado, llano. 5 Entonces se revelará la gloria del Señor, y toda carne a una la verá, pues ha hablado la boca del Señor». 9 Súbete a un monte bien alto, tú, la que traes buenas noticias a Sión; alza con fuerza tu voz, la que traes buenas noticias a Jerusalén, grita sin temor. Di a las ciudades de Judá: «Aquí está vuestro Dios». 10 Mirad, el Señor Dios viene con poder, y su brazo le somete todo. Mirad que trae su recompensa, y su premio va por delante. 11 Apacienta su rebaño c...

¡Ojalá rasgaras los cielos y bajases! (Is 63,16b-17.19b; 64,2-7)

1º domingo de Adviento – B. 1ª lectura 16b ¡Tú eres nuestro Padre! Aunque Abrahán ya no nos conozca, e Israel nos ignore, ¡Tú, Señor, eres nuestro Padre, nuestro Redentor! Tu Nombre es eterno. 17 ¿Por qué, Señor, nos hiciste vagar fuera de tus caminos, y endureciste nuestro corazón para que no te temiésemos? ¡Vuélvete, por amor a tus siervos, a las tribus de tu heredad! 19b ¡Ojalá rasgaras los cielos y bajases! Ante ti se estremecerían las montañas. 64,2 Cuando, haciendo prodigios que no aguardábamos, descendiste, los montes se estremecieron ante Ti. 3 Nunca se oyó, ni oído escuchó, ni ojo vio a un Dios fuera de Ti, que haga tanto con quien espera en Él. 4 Tú sales al encuentro de quien se goza en hacer justicia, de los que se acuerdan de tus caminos. Te airaste, y nosotros pecamos contra ellos por largo tiempo: ¿cómo podemos ser salvos? 5 Todos nosotros somos algo inmundo, todas nuestras justicias son como paños de menstruación. Todos estamos marchitos com...

Ciro el persa, y la voluntad salvífica de Dios (Is 45,1.4-6)

29º domingo del Tiempo ordinario – A . 1ª lectura 1 Así dice el Señor a su ungido, a Ciro, a quien he tomado por su diestra, para someter ante él las naciones y desatar las cinturas de los reyes, para abrir ante él las puertas, y que no se cierren las puertas de las ciudades. 4 En favor de mi siervo Jacob y de Israel, mi elegido, te he llamado por tu nombre, te he dado una alcurnia, aunque tú no me conozcas. 5 Yo soy el Señor, y no hay ningún otro, fuera de mí no hay dios. Yo te he ceñido, aunque tú no me conozcas, 6 para que sepan, desde la salida del sol hasta el ocaso, que no hay otro fuera de mí: Yo soy el Señor, y no hay ningún otro. Se inicia aquí un discurso poético que es un mensaje de ánimo a los exiliados en Babilonia con el anuncio de un libertador, Ciro el Persa, que ejecutará la voluntad salvífica de Dios con Israel sirviéndole como instrumento. La mención solemne y precisa de Ciro, un rey extranjero, es una ventana abierta a la mira...

El banquete del Señor (Is 25,6-10a)

  28º domingo del Tiempo ordinario – A . 1ª lectura 6 El Señor de los ejércitos ofrecerá a todos los pueblos, en este monte, un banquete de sabrosos manjares, un banquete de vinos añejos, manjares suculentos, y vinos exquisitos. 7 Y eliminará en este monte el velo que cubre el rostro de todos los pueblos, y el manto que recubre todas las naciones. 8 Eliminará para siempre la muerte. El Señor Dios enjugará las lágrimas de todos los rostros, y apartará el oprobio de su pueblo en toda la tierra, porque ha hablado el Señor. 9 Aquel día se dirá: «Aquí está nuestro Dios, que esperábamos que nos salvaría, el Señor, en quien esperábamos. Exultemos y gocemos de su salvación». 10 Porque la mano del Señor descansará en este monte. El Señor ha preparado a todos los pueblos en el monte Sión un singular banquete, que describe con metáforas el reino mesiánico ofrecido a todas las naciones. Dios les hará partícipes de «manjares suculentos» y «vinos exqu...