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Mostrando las entradas etiquetadas como Jesús

Las tentaciones de Jesús (Lc 4,1-13)

1º domingo de Cuaresma –C. Evangelio 1 Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó del Jordán y fue conducido por el Espíritu al desierto, 2 donde estuvo cuarenta días y fue tentado por el diablo. No comió nada en estos días, y al final sintió hambre. 3 Entonces le dijo el diablo: —Si eres Hijo de Dios, dile a esta piedra que se convierta en pan. 4 Y Jesús le respondió: —Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre. 5 Después el diablo lo llevó a un lugar elevado y le mostró todos los reinos de la superficie de la tierra en un instante 6 y le dijo: —Te daré todo este poder y su gloria, porque me han sido entregados y los doy a quien quiero. 7 Por tanto, si me adoras, todo será tuyo. 8 Y Jesús le respondió: —Escrito está: Adorarás al Señor tu Dios y solamente a Él darás culto. 9 Entonces lo llevó a Jerusalén, lo puso sobre el pináculo del Templo 10 y le dijo: —Si eres Hijo de Dios, arrójate de aquí abajo, porque escrito está: Dará órdenes a sus ángeles sobre ti para que ...

Ningún profeta es bien recibido en su tierra (Lc 4,21-30)

4º domingo del Tiempo ordinario – C. Evangelio 21 Y comenzó a decirles: —Hoy se ha cumplido esta Escritura que acabáis de oír. 22 Todos daban testimonio en favor de él y se maravillaban de las palabras de gracia que procedían de su boca, y decían: —¿No es éste el hijo de José? 23 Entonces les dijo: —Sin duda me aplicaréis aquel proverbio: «“Médico, cúrate a ti mismo”. Cuanto hemos oído que has hecho en Cafarnaún, hazlo también aquí en tu tierra». 24 Y añadió: —En verdad os digo que ningún profeta es bien recibido en su tierra. 25 Os digo de verdad que muchas viudas había en Israel en tiempos de Elías, cuando durante tres años y seis meses se cerró el cielo y hubo gran hambre por toda la tierra; 26 y a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer v...

Bautismo de Jesús (Lc 3,15-16.21-22)

El Bautismo del Señor – C. Evangelio 15 Como el pueblo estaba expectante y todos se preguntaban en su interior si acaso Juan no sería el Cristo, 16 Juan salió al paso diciéndoles a todos: —Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más poderoso que yo, a quien no soy digno de desatarle la correa de las sandalias: él os bautizará en el Espíritu Santo y en fuego. 21 Se estaba bautizando todo el pueblo. Y cuando Jesús fue bautizado, mientras estaba en oración, se abrió el cielo 22 y bajó el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como una paloma. Y se oyó una voz que venía del cielo: —Tú eres mi Hijo, el Amado, en ti me he complacido. Comentario a Lucas 3,15-22 Los cuatro evangelios recogen la actividad del Bautista que precedió la vida pública de Cristo. Juan recuerda que él no es el Mesías, pero que ést...

Le pusieron por nombre Jesús (Lc 2,16-21)

Santa María, Madre de Dios - Evangelio 16 Los pastores vinieron presurosos y encontraron a María y a José y al niño reclinado en el pesebre. 17 Al verlo, reconocieron las cosas que les habían sido anunciadas sobre este niño. 18 Y todos los que lo oyeron se maravillaron de cuanto los pastores les habían dicho. 19 María guardaba todas estas cosas ponderándolas en su corazón. 20 Y los pastores regresaron, glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto, según les fue dicho. 21 Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidarle, le pusieron por nombre Jesús, como le había llamado el ángel antes de que fuera concebido en el seno materno. Comentario a Lucas 2,16-21 Dice el evangelista que los pastores fueron deprisa (v. 16) a Belén, porque como recuerda San Ambrosio «nadie busca a Cristo perezosamente» ( Expositio Evangelii secundum Lucam , ad loc). Ya antes se había dicho que tras la Anunciación, Nuestra Señora, había ido deprisa (1,39) a visitar a Santa Isab...

Jesús perdido en el Templo (Lc 2,41-52)

Domingo de la Sagrada Familia. C - Evangelio 41 Sus padres iban todos los años a Jerusalén para la fiesta de la Pascua. 42 Y cuando tuvo doce años, subieron a la fiesta, como era costumbre. 43 Pasados aquellos días, al regresar, el niño Jesús se quedó en Jerusalén sin que lo advirtiesen sus padres. 44 Suponiendo que iba en la caravana, hicieron un día de camino buscándolo entre los parientes y conocidos, 45 y al no enc ontrarlo, volvieron a Jerusalén en su busca. 46 Y al cabo de tres días lo encontraron en el Templo, sentado en medio de los doctores, escuchándoles y preguntándoles. 47 Cuantos le oían quedaban admirados de su sabiduría y de sus respuestas. 48 Al verlo se maravillaron, y le dijo su madre: —Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira que tu padre y yo, angustiados, te buscábamos. 49 Y él les dijo: —¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que es necesario que yo esté en las cosas de mi Padre? 50 Pero ellos no comprendieron lo que les dijo. 51 Bajó con ellos, vino a Nazaret...

Curación del ciego de nacimiento (Jn 9,1-41)

4º domingo de Cuaresma – A. Evangelio 1 Y al pasar vio Jesús a un hombre ciego de nacimiento. 2 Y le preguntaron sus discípulos: —Rabbí, ¿quién pecó: éste o sus padres, para que naciera ciego? 3 Respondió Jesús: —Ni pecó éste ni sus padres, sino que eso ha ocurrido para que las obras de Dios se manifiesten en él. 4 Es necesario que nosotros hagamos las obras del que me ha enviado mientras es de día, porque llega la noche cuando nadie puede trabajar. 5 Mientras estoy en el mundo soy luz del mundo. 6 Dicho esto, escupió en el suelo, hizo lodo con la saliva, lo aplicó en sus ojos 7 y le dijo: —Anda, lávate en la piscina de Siloé —que significa: «Enviado». Entonces fue, se lavó y volvió con vista. 8 Los vecinos y los que le habían visto antes, cuando era mendigo, decían: —¿No es éste el que estaba sentado y pedía limosna? 9 Unos decían: —Sí, es él. Otros en cambio: —De ningún modo, sino que se le parece. Él decía: —Soy yo. 10 Y le preguntaban: —¿Cómo se t...

Jesús habla con la samaritana (Jn 4,5-42)

3º domingo de Cuaresma – A. Evangelio 5 Llegó entonces a una ciudad de Samaría, llamada Sicar, junto al campo que le dio Jacob a su hijo José. 6 Estaba allí el pozo de Jacob. Jesús, fatigado del viaje, se había sentado en el pozo. Era más o menos la hora sexta. 7 Vino una mujer de Samaría a sacar agua. Jesús le dijo: —Dame de beber 8 —sus discípulos se habían marchado a la ciudad a comprar alimentos. 9 Entonces le dijo la mujer samaritana: —¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy una mujer samaritana? —porque los judíos no se tratan con los samaritanos. 10 Jesús le respondió: —Si conocieras el don de Dios y quién es el que te dice: «Dame de beber», tú le habrías pedido a él y él te habría dado agua viva. 11 La mujer le dijo: —Señor, no tienes nada con qué sacar agua, y el pozo es hondo, ¿de dónde vas a sacar el agua viva? 12 ¿O es que eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebieron él, sus hijos y sus ganados? 13 —T...

Mirad, la virgen está encinta (Is 7,10-14)

Domingo 4º Adviento - Primera lectura. A 10 Y el Señor siguió hablando a Ajaz: 11 —Pídele al Señor, tu Dios, un signo, en el fondo del seol o en lo alto del cielo. 12 Pero Ajaz dijo: —No lo pediré y no tentaré al Señor. 13 Entonces respondió: —Escuchad, casa de David: «¿Os parece poco cansar a los hombres para que canséis también a mi Dios? 14 Pues bien, el propio Señor os da un signo. Mirad, la virgen está encinta y dará a luz un hijo, a quien pondrán por nombre Enmanuel. Las palabras de la lectura se enmarcan en un encuentro entre Isaías y el rey Ajaz, en el que el monarca se debate en la duda de qué postura tomar ante las presiones que recibe para que su reino se incorpore a la coalición antiasiria formada por Israel (aquí también llamado ­Efraím) —cuya capital era Samaría— y por Siria —cuya capital era Damasco—. De Tabeel (o Tabeal) (v. 6) no se conoce más de lo que aquí se dice. Quizá fuera un alto funcionario, dispuesto a seguir la política aramea...

Jesús y las mujeres (Lc 7,36–8,3)

11º domingo del Tiempo ordinario – C. Evangelio 36 Uno de los fariseos le rogaba que comiera con él; y entrando en casa del fariseo se recostó a la mesa. 37 Y entonces una mujer pecadora que había en la ciudad, al enterarse que estaba sentado a la mesa en casa del fariseo, llevó un frasco de alabastro con perfume, 38 y por detrás se puso a sus pies llorando y comenzó a bañarle los pies con sus lágrimas, y los enjugaba con sus cabellos, los besaba y los ungía con el perfume. 39 Al ver esto el fariseo que le había invitado, se decía: «Si éste fuera profeta, sabría con certeza quién y qué clase de mujer es la que le toca: que es una pecadora». 40 Jesús tomó la palabra y le dijo: —Simón, tengo que decirte una cosa. Y él contestó: —Maestro, di. 41 —Un prestamista tenía dos deudores: uno le debía quinientos ºdenarios y otro cincuenta. 42 Como ellos no tenían con qué pagar, se lo perdonó a los dos. ¿Cuál de ellos le amará más? 43 —Supongo que aquel a quien perdonó más —con...