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Mostrando las entradas etiquetadas como Melquisedec

Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec (Hb 5,1-6)

30º domingo del Tiempo ordinario – B. 2ª lectura 1 Porque todo sumo sacerdote, escogido entre los hombres, está constituido en favor de los hombres en lo que se refiere a Dios, para ofrecer dones y sacrificios por los pecados; 2 y puede compadecerse de los ignorantes y extraviados, ya que él mismo está rodeado de debilidad, 3 y a causa de ella debe ofrecer expiación por los pecados, tanto por los del pueblo como por los suyos. 4 Y nadie se atribuye este honor, sino el que es llamado por Dios, como Aarón. 5 De igual modo, Cristo no se apropió la gloria de ser Sumo Sacerdote, sino que se la otorgó el que le dijo: Tú eres mi hijo, yo te he engendrado hoy. 6 Asimismo, en otro lugar, dice también: Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec. Comentario a Hebreos 5,1-6 Cristo es Sumo Sacerdote, el Sumo Sacerdote que puede realmente liberarnos del pecado. Más aún, Cristo es el único Sacerdote per­fecto, siendo los demás sacerdotes —los de las religiones naturales,...

Jesucristo, sumo sacerdote (Hb 5,7-9)

5º domingo de Cuaresma – B. 2ª lectura 7 Él, en los días de su vida en la tierra, ofreció con gran clamor y lágrimas oraciones y súplicas al que podía salvarle de la muerte, y fue escuchado por su piedad filial, 8 y, aun siendo Hijo, aprendió por los padecimientos la obediencia. 9 Y, llegado a la perfección, se ha hecho causa de salvación eterna para todos los que le obedecen, 10 ya que fue proclamado por Dios Sumo Sacerdote según el orden de Melquisedec. Comentario a Hebreos 5,7-9 Cristo es Sumo Sacerdote, el Sumo Sacerdote que puede realmente liberarnos del pecado. Más aún, Cristo es el único Sacerdote perfecto, siendo los demás sacerdotes —los de las religiones naturales, los de la religión hebraica—, tan sólo prefiguraciones de Cristo. Jesucristo es verda­dero sacerdote, porque fue escogido por Dios (vv. 5-6; cfr Ex 6,20; 7,1-2; 28,1-5; etc.), como lo fue Aarón, pero no según el «orden» del sacerdocio levítico, al que perteneció Aarón, sino según un orden superior a éste, el o...

Ofreció pan y vino (Gn 14,18-20)

Corpus Christi – C. 1ª lectura 18 Melquisedec, rey de Salem, que era sacerdote del Dios Altísimo, ofreció pan y vino, 19 y le bendijo diciendo: —Bendito sea Abrán por parte del Dios Altísimo, creador de cielo y tierra; 20 y bendito sea el Dios Altísimo que puso a tus enemigos en tus manos. Y Abrán le dio el diezmo de todo. Como un pequeño inciso al terminar el relato de la victoria de Abrahán sobre los reyes del norte, se recoge esta escueta tradición, que muestra la relación de Abrahán con Jerusalén y su rey. En el contexto de la historia patriarcal, este episodio refleja el reconocimiento por parte de los pueblos (Salem, Sodoma) de la bendición que les llega por medio de Abrahán (cfr 12,3). En el caso concreto de Salem, se deja entrever también que allí se adoraba al verdadero Dios, creador del cielo y de la tierra, con el nombre de El-Elyón, o Dios Altísimo, y que es reconocido por Abrahán como el mismo Señor, «creador de cielo y tierra» (cfr 14,22). El pan y el vin...