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Mostrando las entradas etiquetadas como Santidad

La lucha ascética, deporte sobrenatural (Flp 3,8-14)

5º domingo de Cuaresma – C. 2ª lectura 8 Considero que todo es pérdida ante la sublimidad del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por él perdí todas las cosas, y las considero como basura con tal de ganar a Cristo 9 y vivir en él, no por mi justicia, la que procede de la Ley, sino por la que viene de la fe en Cristo, justicia que procede de Dios, por la fe. 10 Y, de este modo, lograr conocerle a él y la fuerza de su resurrección, y participar así de sus padecimientos, asemejándome a él en su muerte, 11 con la esperanza de alcanzar la resurrección de entre los muertos. 12 No es que ya lo haya conseguido, o que ya sea perfecto, sino que continúo esforzándome por ver si lo alcanzo, puesto que yo mismo he sido alcanzado por Cristo Jesús. 13 Hermanos, yo no pienso haberlo conseguido aún; pero, olvidando lo que queda atrás, una cosa intento: lanzarme...

Para que seamos santos y sin mancha (Ef 1,3-6.11-12)

La Inmaculada Concepción – 2ª lectura 3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en Cristo con toda bendición espiritual en los cielos, 4 ya que en él nos eligió antes de la creación del mundo para que fuéramos santos y sin mancha en su presencia, por el amor; 5 nos predestinó a ser sus hijos adoptivos por Jesucristo conforme al beneplácito de su voluntad, 6 para alabanza y gloria de su gracia, con la cual nos hizo gratos en el Amado. En él, 11 por quien también fuimos constituidos herederos, predestinados según el designio de quien realiza todo con arreglo al consejo de su voluntad, 12 para que nosotros, los que antes habíamos esperado en el Mesías, sirvamos para alabanza de su gloria. Comentario a Efesios 1,3-6.11-12 Son palabras de un himno de alabanza (vv. 3-10) donde se enumeran los beneficios, o bendiciones, que contiene el designio salvífico de Dios, llamado «el misterio» en esta y otras car­tas del corpus paulinum . Abarca d...

Que se confirmen vuestros corazones en una santidad sin tacha ante Dios (1 Ts 3,12–4,2)

1º domingo de Adviento – C. 2ª lectura 12 Que el Señor os colme y os haga rebosar en la caridad de unos con otros y en la caridad hacia todos, como es la nuestra hacia vosotros, 13 para que se confirmen vuestros corazones en una santidad sin tacha ante Dios, nuestro Padre, el día de la venida de nuestro Señor Jesús con todos sus santos. Amén. 4,1 Por lo demás, hermanos, os rogamos y os exhortamos en el Señor Jesús a que, conforme aprendisteis de nosotros sobre el modo de comportaros y de agradar al Señor, y tal como ya estáis haciendo, progreséis cada vez más. 2 Pues conocéis los preceptos que os dimos de parte del Señor Jesús. Comentario a 1 Tesalonicenses 3,12-4,2 Como no se sabe cuándo sucederá la Parusía (cfr 1 Ts 5,2), la actitud del cristiano debe ser la de llevar una vida digna de Cristo, en la que por encima de todo prevalezca la car...

Nos eligió para que fuésemos santos (Ef 1,3-14)

15º domingo del Tiempo ordinario – B. 2ª lectura 3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en Cristo con toda bendición espiritual en los cielos, 4 ya que en él nos eligió antes de la creación del mundo para que fuéramos santos y sin mancha en su presencia, por el amor; 5 nos predestinó a ser sus hijos adoptivos por Jesucristo conforme al beneplácito de su voluntad, 6 para alabanza y gloria de su gracia, con la cual nos hizo gratos en el Amado, 7 en quien, mediante su sangre, tenemos la redención, el perdón de los pecados, según las riquezas de su gracia, 8 que derramó sobre nosotros sobreabundantemente con toda sabiduría y prudencia. 9 Nos dio a conocer el misterio de su voluntad, según el benévolo designio que se había propuesto realizar mediante él 10 y llevarlo a cabo en la plenitud de lo...

Amad a vuestros enemigos (Mt 5,38-48)

7º domingo del Tiempo ordinario – A . Evangelio 38 Habéis oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente. 39 Pero yo os digo: no repliquéis al malvado; por el contrario, si alguien te golpea en la mejilla derecha, preséntale también la otra. 40 Al que quiera entrar en pleito contigo para quitarte la túnica, déjale también el manto. 41 A quien te fuerce a andar una milla, vete con él dos. 42 A quien te pida, dale; y no rehúyas al que quiera de ti algo prestado. 43 Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. 44 Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persigan, 45 para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre buenos y malos, y hace llover sobre justos y pecadores. 46 Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tenéis? ¿No hacen eso también los publicanos? 47 Y si saludáis solamente a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen eso también los paganos? 48 Por eso...

Corregir por amor (Lv 19,1-2.17-18)

7º domingo del Tiempo ordinario – A . 1ª lectura 1 Habló el Señor a Moisés y dijo:        2 —Habla a toda la comunidad de los hijos de Israel y diles: Sed santos, porque Yo, el Señor, vuestro Dios, soy santo. 17 No guardarás en tu corazón rencor contra tu hermano, sino que corregirás a tu prójimo para no hacerte culpable por su causa.  18 No te vengarás ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo. Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo, el Señor. La santidad que se pide a los israelitas va más allá de lo meramente ritual. Como en Lv 20,26, se exhorta a dicha santidad por la razón suprema de que el Señor es Santo. Los vv. 2 («sed santos porque yo, el Señor, vuestro Dios, soy santo»; cfr también 20,26) y 18 («Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo, el Señor»; cfr también 19,33-34) condensan toda la ética del libro del Levítico y aun de toda la Ley de Dios. Así lo explicará después Jesucristo, según lo reporta Mt 22,34-40 (textos par...